Hotel Carlos I
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Tomar un helado en Benidorm

Por | 1 August, 2015 | 0 comentarios

noticias-agosto_helado-noticiaDesde primavera hasta el otoño, es tiempo de helados en Benidorm. Aquí la temporada es más larga que en otras latitudes: un otoño benigno y una primavera relativamente calurosa activa nuestras neuronas en busca de algo fresco, sea líquido o sólido.

Pero… ¿dónde nació esta afición por este alimento tan refrescante? Se atribuye a los chinos, y también a los árabes, la iniciativa de mezclar zumo de frutas con nieve. Una forma alimentaria al tiempo que destinada a minorar los calores estivales. Incluso se colige que fuera Marco Polo quien al regreso de uno de sus viajes fuera el introductor del helado en Europa; que su apellido coincida con uno de los mas populares prototipos de helado no deja de ser una mera coincidencia… o quizás no.

Sea como fuere, la provincia de Alicante cuenta desde épocas romanas con un antecedente no exclusivo pero que puede dar consistencia a su tradición heladera. Nos referimos a la existencia en diversas localizaciones de sus montañas de pozos de nieve, o neveros, ideados inicialmente para conservar alimentos frescos, pero que permitieron posteriormente elaborar las primeras bebidas refrescantes en estas latitudes. (Los interesados en este tema pueden ampliar datos pinchando aquí).

El escritor Francisco G. Seijó en su libro “Las bebidas valencianas” ya cita “La nieve como factor primordial en la industrialización de los refrescos valencianos”, citando los “pous de la neu”  -pozos de nieve-. Incluso, reproducimos: “Además del aigua neu del estio, refresco típico de los pueblos de zona montuosa –se refiere a Alcoy, Ibi, Castalla, Jijona…- , en los fríos días del invierno, cuando nevaba, se preparaba el arrròp ab neu, neu én canella, neu en sucre i toronja, golosinas que era menester degustar…” . O sea nieve con limón, con arrope, con canela, o con azúcar y naranja, todo dulce y/o refrescante.

Curiosamente, en la vecina localidad de Jijona, quizás por la estacionalidad que se da en la fabricación del turrón, nacieron cientos de profesionales del helado que durante décadas se han ido disgregando por todo el país, de forma que se asegura que más de mil familias se dedican a esta industria artesana en establecimientos diseminados por toda nuestra geografía.

Algunas de estas heladerías pueden encontrarse en Benidorm, en franca competencia con otras de perfil más italiano, país donde el helado también se ha distinguido por su consumo y difusión. Sin contar con las secciones de helados, sólidos o líquidos, sencillos o mixtos de sabores, con sofisticadas presentaciones o simples en formato de palo o cucurucho, pero siempre con la base de la leche, las frutas y otros complementos. Eso sin contar con la oferta de la cafetería del Hotel Carlos I, donde nuestros clientes siempre disponen de helados para disfrutar cómodamente junto a la piscina.

Sentarse, a media mañana, y tomar un granizado, a la sombra de un entoldado, viendo el ritmo de los que van y vienen, antes o después del baño, del paseo, de las compras o del ocio más pasivo que nos podamos imaginar, es relajante al ciento por ciento.

O por la tarde, cuando el sol amaina pero aun el calor tiene su puntito, una conversación en torno a un helado, hace larga la tarde pero acorta la espera hasta la hora de la cena; estimula el paladar, refresca el cuerpo y el espíritu, y hay hasta lugar para la reflexión.

Por último una recomendación que vale la pena: visitar esta página web de la asociación de heladeros de Jijona.

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